14 de abril de 2021 Linda Montoya
- No estas comiendo lo suficiente, o no estas comiendo balanceadamente correcto. Es decir, seguramente tu alimentación es demasiado poca o deficiente energéticamente hablando, o por el contrario no esta siendo lo suficientemente nutritiva, pues una alimentación alta en carbohidratos simples, baja en proteínas, frutas, vegetales y grasas saludables generan en tu organismo una deficiencia no solo en el aporte de nutrientes, sino que además no generan una efectiva saciedad a tu organismo.
- ¿Estas sumergida en el estrés? Cuando exponemos nuestro cuerpo en este estado (intenso y/o continuo), nuestros niveles de cortisol aumentan (principal hormona del estrés), alterando nuestro sistema metabólico, lo que entre muchas otras cosas se traduce en retención de grasas y líquidos en nuestro cuerpo, sensación de ansiedad, apetito constante, alteración del sueño, indigestión, inflamación y muchas otras alteraciones. Así que, en la medida de lo posible, introduce nuevos y mejores hábitos en tu vida y rutina diaria: detente, respira profundamente, procura a diario un sueño reparador, aliméntate saludablemente y haz ejercicio físico de forma regular.
- ¿Tienes sed? Muchas veces el cuerpo confunde la sed con el hambre, esto ocurre por que la señal que nuestro cuerpo emite al cerebro es muy similar a la que se genera cuando se requiere de alimentación.